En el hotel me atendieron con amabilidad y después de dar parte de mi llegada sano y salvo dormí profundamente. Al día siguiente tras un desayuno abuntante de huevos revueltos, gallopinto (arroz con frijoles típico de Nicaragua), zumo, fruta y café, pasé una mañana tranquila en el hotel, leyendo la prensa local o viendo la televisión. Pasado el mediodía pasó a recogerme Luis Enrique y me llevó hasta un hotel donde se estaba celebrando un congreso sobre la economía y la mujer, donde Haydeé Castillo, la directoria del Instituto de Liderazgo de las Segovias, iba a dar una ponencia. La conferencia fue muy interesante y se profundizo mi sentimiento de lo poco que sé sobre los diferentes agentes en Centro America o de las negociaciones que se llevaron a cabo entre Europa y está región. Al termino de la conferencia, por fin conocí a Haydeé (por cierto, gran oradora) y tras un breve refrigerio, partimos hacía Ocotal.
Abajo: Calle de Ocotal
Tras tres horas de carretera ya de noche, llegamos a Ocotal. Era tarde así que después de dejar a Haydeé en su casa, que vive al lado de la foto de fondo del blog, me Luis me llevó a la que será mi casa durante esas seis semanas. Es una casa familiar, acogedora, y mi anfitriona Mayling es simpática y hospitalaria. Madre dedicada también trabaja en el ILLS y siempre tiene algo que contar. Tiene dos hijas y un hijo. Gretel, de dieciséis; Leonela de ocho, y Hansel, de dos años. También paso largo rato en casa su sobrina, Luci de nueve años. Es una familia de acogida ruidosa, amable y acogedora.
Al día siguiente(viernes) dí mi primera vuelta por Ocotal, una ciudad e casas bajas, colorida, ruidosa pero sin ser estridente. Fuimos al ILLS, donde me presentaron a Pedro, Jessica y Rafael, mis próximos compañeros de trabajo. También conocí a Juan Pablo un señor muy simpático que va saludando a todo el mundo con el que se cruca. He de preguntarle si realmente conoce a todos. Por la tarde acompañe a Lydia, compañera del ILLS que organizó los grupos a los que daré clase, y Zubi, jubilado vasco que viene todos los años, a Ococona. Lydia tenía una reunión y yo acompañe a Zubi en su labor de sacar unas fotos a un colegio contruido con el apoyo de Ayuda en Acción. Al estar de vacaciones no había nadie en el colegio, pero tres chavales que se acercaron a curiosear permitieron que sacasemos algo más que un edificio. En el camino saqué una foto que por desgracia, como anotó Zubi, seguro que se volverá a repetir.Al volver a recoger a Lydia tuve la oportunidad de escuchar de primera mano los relatos y experiencias de las mujeres que gracias a las capaticaciones, al conocer sus derechos como mujeres, cambiaron sus vidas. Fué muy emocionante escucharlas. Marina, por ejemplo, me contó como su marido la rechazó cuando iba a las reuniones y clases, alegando que iba a ver a otros hombres, e incluso rechazó sus hijos diciendo que no eran suyos.
En el viaje de vuelta Lydia, Zubi y Juan Pablo me instruyeron en las peculiradades de los Nicaragüenses y el lenguaje. Aquí nunca se coje (follar) nada, culo (ano) es grosero y hablar les puede dar pena(verguenza). En el recorrido llevamos, en diferentes momentos, a policias armados, una familia, chicos, un vendedor de cuerdas y más gente. Por esas carreteras solo se puede ir en 4×4 y es bastante común recoger a la gente, ahorrandole quizás 4 o 5 horas de caminata.
Zubi sacando fotos y Juan Pablo.El sábado fui de paseo junto a Mayling, Gretel y Leonela a Mozonte, un pequeño pueblo cercano, y subimos a la Loma Santa desde la que se domina todo Mozonte y más allá.
Abajo: Bajando de la Loma Santa.Como veis, apenas llevo unos días en Nicaragua y son muchas las cosas a contar. Por ahora son todo primeras impresiones, pero los nicas son gente amable, simpática y trabajadora.
Un saludo!!
Estás volviendo a tus orígenes, de alguna manera. A poca distancia de donde naciste la gente vivía (y aún vive) así e incluso de forma más humilde. Aprenderás que, a pesar de sus carencias -medidas en términos del excesivamente complaciente nivel de vida occidental- no por ello son más infelices que nosotros. Posiblemente lo contrario.
ResponderEliminarUn abrazo grande.